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Seguir trabajando después del diagnóstico de Esclerosis Múltiple

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Idoia Fernández Lopetegui Psicóloga –Psicoterapeuta del grupoanalista Coordinadora de Servicios de Atención Directa de ADEMGI  Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trabajo es beneficioso para la salud […]

Idoia Fernández Lopetegui Psicóloga –Psicoterapeuta del grupoanalista Coordinadora de Servicios de Atención Directa de ADEMGI

 Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trabajo es beneficioso para la salud mental siempre que el entorno laboral sea positivo.

La Esclerosis Múltiple es la segunda causa de discapacidad neurológica en personas adultas jóvenes. Esto supone que la mayoría de la personas reciben el diagnóstico en la etapa de mayor plenitud laboral, la más productiva, y cuando se están formando y desarrollando sus intereses y aspiraciones personales.

Hoy en día, gracias a los avances conseguidos con los tratamientos, muchas personas pueden continuar con su actividad laboral a pesar de la EM. Sin embargo, otras deben abandonar su empleo ya que la sintomatología de la enfermedad les obliga a adaptar su puesto de trabajo y muchas empresas no cuenta con las condiciones necesarias para que puedan seguir trabajando.

El miedo al despido hace que muchas personas oculten a las empresas que tienen EM. Esto, sumado a lo que supone tener esta enfermedad, deriva en muchos casos en problemas psicológicos de ansiedad, estrés e incluso depresión. Y es que, la vida laboral es un aspecto importante en nuestra autoestima y abandonarlo sin desearlo puede provocar un incremento en los problemas psicológicos.

Sensibilizar e informar, clave  para la integración laboral

Esta situación se puede evitar si existe una buena información y las empresas tienen la capacidad de contar con puestos de trabajo adaptados a sus empleados y empleadas. De hecho, en los últimos tiempos, las cifras de empleabilidad de personas con EM han experimentado una mejoría gracias, entre otras cosas, a los proyectos de sensibilización en el medio laboral que han puesto en marcha las organizaciones de pacientes.

Para empezar, en las organizaciones deberían saber que la Esclerosis Múltiple presenta en muchas ocasiones síntomas que pasan desapercibidos y esto dificulta su comprensión en los entornos laborales.

La fatiga, por ejemplo, es uno de los síntomas más determinantes a la hora de abandonar el trabajo. El 62% de las personas con EM afirman que la fatiga provocada por la enfermedad les ha impedido seguir trabajando. Sin embargo, la adaptación del medio no requiere grandes cambios. Modificar los descansos, evitar espacios con temperaturas elevadas, variar el ritmo de trabajo o adaptarse a las capacidades individuales son algunas de las soluciones que se pueden implantar en este caso.

También se pueden introducir medidas como la flexibilidad horaria, la planificación de los descansos, la mejora de la accesibilidad al puesto… De esta forma, muchas de la personas con EM podrían continuar desempeñando su  trabajo. 

La integración laboral ayuda a la integración y  normalización social y diluye los estigmas y los prejuicios que existen con todas las enfermedades neurodegenerativas como la EM. Por eso es importante que las personas con Esclerosis Múltiple continúen trabajando, siempre y cuando su situación se lo permita. Si el entorno laboral es favorable, se pueden evitar muchos problemas psicológicos y como consecuencia muchas bajas e incapacidades laborales.

En estos casos, tanto la empresa como la persona empleada deben de estar informadas de cuáles son sus derechos y deberes. Para ello, tiene que existir una comunicación bidireccional que propicie una vía de desarrollo e inclusión plena en la sociedad.

Todas las personas somos diferentes, con nuestras dificultades y capacidades, pero todas pertenecemos a la misma sociedad. Y el trabajo es un derecho de que favorece directamente en nuestro bienestar. 

Al final, las personas que viven con una enfermedad como la EM desarrollan capacidades muy valoradas en un puesto de trabajo como son la resiliencia o la capacidad de adaptación,… Ahora es el momento de que las empresas entiendan que en la diversidad está la riqueza, y que se den cuenta de que todo ello va a repercutir beneficiosamente en los valores corporativos.

Aspectos del trabajo que mejoran la salud mental:

  • Reconocimiento e inclusión social: configura la vida de las personas en sociedad. El trabajo nos ayuda a organizar nuestro tiempo vital, adquirir hábitos de conducta y facilitar el desarrollo de las relaciones sociales.
  • Desarrollo profesional: permite a las personas centrarse en sus habilidades y capacidades y no únicamente en las dificultades que presentan a raíz de la enfermedad.
  • Socialización: ayuda a seguir conectado con la sociedad y potenciar las relaciones sociales, normalizando su situación y ayudando a las personas con EM a continuar con sus vidas.
  • Autoestima: contribuye a desarrollar el talento que, a pesar de tener un diagnostico de estas características, sigue existiendo en la persona.
  • Independencia económica.

Recomendaciones para continuar en tu entorno laboral:

  • Ante todo, saber que no hay obligación de informar sobre el diagnóstico. Pero hacerlo, siempre que estés preparado o preparada para ello, te ayudará a adaptarte mejor a la nueva situación.
  • Es importante tener proactividad. Piensa qué ajustes necesitas para desempeñar de forma efectiva tu trabajo.
  • Cuando quieras que se sepa, habla con quienes dirigen la empresa. Te ayudará a organizar y planificar de antemano y tendrás acceso a ayudas en tu entorno.

Informa a tus compañeros y compañeras, háblales sobre tu enfermedad y comunícales

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