Neurología

La Esclerosis Múltiple y el tabaco

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Por la Dra. Mar Mendibe, y el Dr Sabas Boyero del Hospital Universitario de Cruces. La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad de origen autoinmune y de etiología compleja aún […]

Por la Dra. Mar Mendibe, y el Dr Sabas Boyero del Hospital Universitario de Cruces.

La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad de origen autoinmune y de etiología compleja aún hoy desconocida. La susceptibilidad individual a padecerla viene determinada por factores genéticos y ambientales. Entre estos últimos el tabaco ha sido uno de los más estudiados en los últimos años. El interés fundamental de estos estudios ha sido valorar su papel como posible factor de riesgo para padecer la enfermedad y su relación con la progresión de la misma. Para ello, diferentes autores han realizado una actualización de los estudios publicados que han analizado distintos aspectos del tabaco en esta patología: asociación del tabaco y riesgo de Esclerosis Múltiple, vías patogénicas implicadas, interacción con otros factores de riesgo y efecto del tabaco en el curso de la enfermedad.

En estudios observacionales se ha demostrado que el tabaquismo incrementa de forma significativa el riesgo de padecer Esclerosis Múltiple (1,5 veces respecto al de la población general). El tabaco es un factor de riesgo por si mismo independiente. Sin embargo, Esclerosis Múltiple es una enfermedad compleja y el aumento de riesgo por el tabaco puede diferir en función de la interacción con otros factores genéticos y ambientales menos conocidos.

Respecto al mecanismo por el que aumenta el riesgo de padecer la enfermedad sigue siendo desconocida en la actualidad. Entre los posibles mecanismos implicados se postulan los cambios inflamatorios en el árbol bronquial, efectos directos nocivos sobre el sistema inmune o la mayor predisposición a padecer infecciones y con ello alterar el funcionamiento del sistema inmunológico. 

Mayor grado de discapacidad

Al analizar las consecuencias directas del tabaquismo en pacientes ya diagnosticados de EM, investigaciones recientes han observado que los pacientes fumadores presentan un mayor grado de discapacidad como grupo si son comparados con pacientes no fumadores.

También presentan un mayor número de lesiones en la resonancia magnética. Y las formas progresivas son también más frecuentes entre los pacientes fumadores. Además con el paso de los años se demuestra que la progresión de la enfermedad es más rápida entre los pacientes que fuman y la discapacidad es mayor.

Los mecanismos por los que el tabaquismo modifica la progresión de la enfermedad tampoco son del todo conocidos. En modelos animales se ha demostrado el efecto tóxico directo desmielinizante del tabaco, también se conoce el daño que provoca en los axones.

Por último es importante señalar que se ha observado que la suspensión del hábito tabáquico disminuye el efecto nocivo en la enfermedad, ralentizando la progresión de la misma. Por lo tanto, la prevención del hábito de fumar o la suspensión del mismo asociado a las terapias habituales puede ser una forma eficaz de alterar la evolución de la discapacidad.

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